12:40 h. sábado, 20 de abril de 2024

El arabista Miguel Cruz Hernández fallece a los cien años

Director  |  28 de marzo de 2020 (04:31 h.)
portada libro historia pensamiento islamico

El catedrático, filósofo y arabista Miguel Cruz Hernández ha fallecido el 25 de marzo a los cien años de edad en Madrid.

Por Jesús Cabaleiro

El catedrático, filósofo y arabista Miguel Cruz Hernández ha fallecido el 25 de marzo a los cien años de edad en Madrid.

Natural de Málaga, era hijo de maestros represaliados y militante casi adolescente de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Se licenció en Filología Semítica en la Universidad de Granada nada más acabar la Guerra Civil, e hizo su tesis doctoral sobre la causalidad en Avicena (980-1037), leída en Madrid.

En la Universidad de Granada comenzó de profesor adjunto, y se trasladó en 1950 a Salamanca.

Cruz Hernández ejerció en Salamanca como catedrático de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras, y también como docente de Psicología en la Facultad de Medicina durante dos años, compaginando durante casi cuatro años su actividad académica con el cargo de alcalde, entre 1958 y 1962. Además, fue decano de la Facultad de Filosofía y Letras entre 1969 y 1971.

Pasó por el Instituto Hispano-Árabe de Cultura como primer subdirector (1954-1958), nombrado a instancias de Joaquín Ruiz-Giménez (1913-2009); de dicho instituto, desaparecido hace años, ha quedado una magnífica biblioteca especializada en temas islámicos, que lleva el nombre de Félix Mª Pareja. También ejerció de gobernador civil de Albacete (1962-1968).

Posteriormente se trasladó a la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) en 1976, cuando se incorporó al recién creado Departamento de Estudios Árabes e Islámicos como profesor de Pensamiento Islámico; allí permaneció hasta su jubilación, bien entrada la década de 1990.

Fue heredero de la escuela arabista de Miguel Asín Palacios (1871-1944),  su ‘Historia del pensamiento en el mundo islámico’ (1981, actualizada en 2011, Alianza Editorial)  es una obra monumental y pionera que sigue siendo referencia central para investigadores de todo el mundo. Una gran parte de sus trabajos, se dirigió a Averroes (1126-1198), al igual que al filósofo persa Mulá Sadra (1572-1640), ambos tuvieron un lugar destacado en su visión del pensamiento islámico, pues concedía al universo sufí y al chií una trascendencia doctrinal que a menudo se margina.

En 1976, entregó, en su calidad de director general de Cultura Popular y presidente del Instituto del Libro, el primer premio Cervantes, que fue para el poeta Jorge Guillén (1893-1984), que volvió del exilio para la ocasión  y que luego se instaló en Málaga, donde falleció, ciudad natal del profesor Cruz Hernández.

Fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca, título que recibió en mayo de 1995 y ha sido protagonista fundamental de la Filosofía española desde los años sesenta del siglo XX. Por sus clases pasaron filósofos como Cirilo Flórez Miguel, Pablo García Castillo, Antonio Heredia Soriano o Miguel Ángel Quintanilla Fisac, entre otros muchos.

En 2014 fue invitado a impartir una clase de Pensamiento Islámico en la Facultad de Filosofía y Letras de la UAM. El aula magna se llenó. Al cumplir su centenario el pasado mes de enero de 2020 aseguró: “en Salamanca he pasado muchos años y diría que seguramente los mejores de mi vida”. El Ayuntamiento de Salamanca trasladó su pésame y dejó las banderas a media asta como homenaje.

Entre sus libros además de ‘Historia del pensamiento en el mundo islámico’ (1981, actualizada en 2011), ‘La vida de Avicena como introducción a su pensamiento’ (1997), ‘Abu-l-Walid Muhammad ibn Rusd (Averroes): vida, obra, pensamiento, influencia’ (1986, actualizado 1997), ‘El Islam de al-Andalus: historia y estructura de su realidad social’ (1996) e ‘Historia del pensamiento en Al-Andalus’ (1985).

Estaba casado con ocho hijos.