Por Jesús Cabaleiro

En marzo de 2019 se produjeron unas jornadas monográficas en la localidad de Chauen para analizar y concienciar sobre el suicidio que ha aumentado de forma alarmante. A este encuentro asistieron líderes religiosos, imanes, que aportaron sus opiniones y reflexiones.

Hay que recordar que el suicidio está estrictamente prohibido en el Islam porque la vida humana es sagrada. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la tasa de suicidios se ha duplicado en una década en Marruecos. La tasa de suicidios aumentó entre 2000 y 2012 un 97 por ciento en el país.

En Chauen, 30 personas se suicidaron en 2019, 48 en 2018. En 2019 se registró un aumento notable en las tasas de suicidio registradas en la región de Tánger-Tetuán, que no tiene precedentes en la zona, más de 65 casos.

Según un experto en psicoanálisis de la sociedad marroquí, Jaouad Mabrouki, de Mequínez, hay varias razones para este aumento de la tasa de suicidio en la localidad. Según el médico, la montaña tiene una relación directa con el creciente número de suicidios observados en los últimos dos años.

Describe este vínculo como "estrés neuronal biológico". Para apoyar su argumento, el psicoanalista presentó algunas de las conclusiones de un estudio estadounidense publicado en enero de 2011.

"La vida en las montañas favorece el suicidio a un ritmo mayor que en la ciudad. La falta de oxígeno en las alturas en las personas que están deprimidas o predispuestas a la depresión conduce a la hipoxia (relativa) que causaría estrés neuronal, disminuyendo así la capacidad de resistir los impulsos suicidas", afirma el informe del estudio.

La falta de instalaciones de ocio, distracciones, actividades culturales y artísticas, la influencia de las redes sociales y el acceso a la información y descubrimiento de otros estilos de vida diferentes en todo el país y el mundo, la falta de centros médicos, psicológicos, la dependencia del cannabis ... son todos factores que llevan a los habitantes al suicidio, según Mabrouki.

Previamente, otro estudio realizado en 2019 tras las jornadas celebradas en marzo, recoge por parte de activistas sociales y asociaciones locales el denominado suicidio anómico que se da en sociedades cuyas instituciones y cuyos lazos de convivencia se hallan en situación de desintegración y existe una especie de "resultado del cambio de valores en la sociedad, ya sea debido a una recuperación o una recesión económica".

La preocupación por los suicidios motivó la publicación en noviembre de 2019 de una guía para prevenirlos pero únicamente en las prisiones editada por la Dirección General de Administración Penitenciaria y Reintegración (Dgapr).