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España expulsa y prohíbe el reingreso a quienes defienden mensajes radicales

Director  |  25 de mayo de 2018 (20:00 h.)
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Varios casos muy recientes evidencian el estrecho y efectivo cerco de las autoridades españolas a quienes predican el 'yihadismo' en mezquitas y madrassas

Por Ismael Ben Yusuf

Predicadores fundamentalistas de toda España se encuentran en el punto de mira de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad: la confirmación de que promuevan en foros públicos mensajes llamando a la radicalización de los musulmanes y justificando la lucha armada contra el enemigo (llámese chiísmo, cristianismo o el Gran Satán de América y sus aliados) basta para incoar el oportuno expediente de expulsión y la prohibición de ingresar de nuevo en España al menos en los próximos diez años.

La expulsión más reciente ha afectado a la ceutí Fátima Zohra E.J., profesora de religión islámica residente en Castillejos que visitaba Ceuta tres veces por semana para impartir clases de Corán en el Centro Cultural Al Idrissi y en la Mezquita Muley El Mehdi. Usaba, para cruzar la frontera, un pase de gracia, el mismo que se facilita a otros docentes de religión islámica que viven del lado marroquí del Tarajal. Dado que el hermano de Fátima Zohra había viajado a Siria cuatro años antes y se autoinmoló atentando en el seno de la organización terrorista autodenominada Estado Islámico, todas las miradas estaban puestas en el discurso de la docente. Los audios de sus clases no dejaban lugar a dudas: Fátima Zohra fue detenida y conducida a la frontera. Evidentemente se informó al Gobierno de Rabat para que, en su celo por no ser tachado de “exportador de yihadistas”, continúe la vigilancia sobre la actividad de Fátima Zohra y sus círculos más próximos.

Igual suerte corrió hace poco más de dos meses Yassine L., el imam de la mezquita de Corella, en Navarra. En este caso fue puesto en manos de las autoridades marroquíes en el puesto fronterizo entre Melilla y Beni Enzar. La razón de la expulsión, la misma: predicar entre sus fieles cada viernes mensajes de ideología salafista incompatibles con los derechos y libertades establecidos por la Constitución Española. Yassine L. tenía contacto con la Revival of Islamic Heritage Society, una especie de ONG islámica vinculada a Al Qaeda que difunde el odio a los no musulmanes y es contraria a la integración en las sociedades occidentales de acogida. Así que, en esta ocasión, además de los sermones intolerables, pesó para la expulsión la vinculación del imam a ese extraño grupo de solidaridad señalado por Naciones Unidas por sus vinculaciones terroristas y tajantemente vetado, entre otros, por EE.UU y Rusia. La esposa y el hijo de Yassine L. también han corrido la misma suerte del padre. Fuera. Y las obras de la nueva mezquita de Corella para las que Yassine L. había conseguido financiación extranjera están ya paralizadas.

Otro caso muy reciente ha sido el de Alaa Mohammed Said, imam de la mezquita de la Calle Villegas de Logroño, detenido y la espera de deportación a Egipto, su país de origen. Estaba vinculado a los Hermanos Musulmanes. Recibía en su propia cuenta fondos de diferentes países del Golfo con los que también pretendía financiar la construcción de un centro cultural y mezquita para la difusión de sus ideas en el norte de España. Fundó y presidía la extraña Unión Islámica de Imames y Guías de España. El Tribunal de Estrasburgo le ha dado cierto amparo y, tal vez, la expulsión se dirija finalmente a otro país diferente a Egipto, donde podría recibir severas represalias por su vinculación a los H.M., organización considerada terrorista por el actual gobierno de El Cairo.

Hombres, mujeres, imames y docentes de todas las edades y bajo sospecha tienen sus discursos cuidadosamente escrutados en todas las mezquitas, madrassas y centros culturales. Parece que no hay sitio para que se escondan a predicar. Los expertos aseguran que, de mantenerse esta línea de trabajo, de vigilancia e inmediata expulsión, España se convertirá en el peor país de Europa para la difusión del fundamentalismo.