Por Jesús Cabaleiro
La policía marítima de Portugal interceptó el pasado 6 de junio una pequeña embarcación que transportaba a siete jóvenes marroquíes en la localidad de Ria Formosa. Es el tercer incidente de este tipo en los últimos seis meses.
Los ocupantes de la balsa, de entre 20 y 30 años, fueron localizados por un pescador portugués que los describió como "aparentemente perdidos y tranquilos", cerca de la zona de Faro-Olhão.
Todos los ocupantes de la patera son originarios de Marruecos que fueron entregados a los agentes al personal de agencia de fronteras. Dos de los siete necesitaron atención médica, uno de ellos al caer en el muelle de Olhão al llegar a tierra portuguesa.
Los jóvenes no tenían documento de identificación alguno, afirmaron que habían estado cuatro días en el mar y que provenían de la localidad de El Jadida. Hablaban francés e inglés.
Debido a esta llegada en medio de la pandemia del Covid-19, los siete integrantes han sido sometidos a exámenes médicos dando todos ellos resultados negativos. Actualmente se encuentran en Lisboa, a cargo del Consejo Portugués para los Refugiados.
El presidente de Oscot (Observatorio de Seguridad, Crimen Organizado y Terrorismo) António Nunes, admitió a principios de este año, que las autoridades no cometerán los mismos errores que el pasado donde la falta de control sobre las llegadas ilegales ha puesto a Portugal en "una muy mala posición con los socios europeos".En las otras dos ocasiones, los inmigrantes que llegaron en patera desaparecieron y se supone viajaron hacia otros países de Europa.