Por Jesús Cabaleiro

Dos centenares de personas de Castillejos (Fnideq) salieron al centro de la localidad el viernes 5 de febrero ante la falta de alternativas de la localidad desde que cerró, hace casi un año, la frontera de Ceuta en el Tarajal, pidiendo su reapertura.

Las más de 200 personas protestaron en las calles lanzando consignas solicitando trabajo y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad que se desplegó con antidisturbios para dispersarlos amparándose en la situación que padece Marruecos con el coronavirus.

Las fuerzas de seguridad  intervinieron ante la sentada y protesta que viene a simbolizar las pésimas condiciones en las que viven los vecinos de Castillejos, los participantes tuvieron que salir corriendo para dispersarse tras la tensión originada por la actuación de la policía.

El balance ha sido diez personas heridas que tuvieron que ser ingresadas en el hospital. Se ha detenido a un miembro del grupo Justicia y Caridad, Yassine Razine y a dos miembros de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), entre ellos Khalil Jebari, miembro de su secretariado provincial.

Por su parte, las autoridades declararon que los manifestantes les tiraron piedras y que hay seis agentes heridos.

La concentración convocada por los propios vecinos a través de redes sociales estaba anunciada como protesta ante la difícil situación que ya fue denunciada públicamente en un llamamiento público por Fnideq que había advertido de la grave situación social que atraviesa esta localidad, vecina de Ceuta, de unos 80.000 habitantes.

Asociaciones de Derechos Humanos han solicitado la puesta en libertad de los detenidos, recordando la grave situación que vive Fnideq, que no se soluciona con represión policial.

Muchas familias que vivían del negocio alrededor de la frontera están en una situación crítica teniendo que vender sus pertenencias para comer y esto también ha tenido otro efecto: el de la inmigración irregular donde muchos de sus vecinos han desaparecido en el mar, de hecho dos personas murieron hace solo una semana. Sus familias han confesado que partieron porque estaban necesitados.

Previamente ya hubo conatos de protestas durante los últimos meses, una convocada por el sindicato Unión Marroquí del Trabajo mientras otra por asociaciones de la localidad, pero ambas fueron prohibidas por las autoridades.

Aunque se anunció una zona de actividades económicas en la localidad la realidad es que todavía no se ha realizado nada de forma efectiva salvo aplanar un terreno.